Los ojos
dos linces en peligro de extinción
la sonrisa
la receta para combatir la rutina
de las ocho horas laborales.
Las braguitas
un intenso peaje sin autopista
que apenas cubre
el jardín más hermoso
del parque al mediodía.
Los labios
el sabor milagroso
que mueve mi fe de montaña
a través de los días
que suceden a otros días.
Los pechos
no son culpables
de estas palabras cursis
que beben del aguardiente
de su presencia.
Antes de conocerla
yo no sabía
de esta cosa tan extraña
que he sentido al aprenderla...
No hay comentarios:
Publicar un comentario