a martillazo limpio
como a hierros candentes.
Nos forja como a metales,
unos hechos para herir,
los más para defenderse
de los que hieren.
A golpes nos forja la vida
y de hombres sabios
es sacar provecho
y aprender de ellos.
Tras el fuego del amor
el corazón es forjado a golpes
y después de templarse
vuelve a quedar como nuevo...
Es de hombres sabios
aceptar el dolor de la forja
y templarse
para renacer luminosos
en reluciente metal humano.
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