amigo mío,
esa impresión
que nos sacude
de que no existe
nada a lo que asirnos...
Pero si algún día
al salir de urgencias
lo haces apretujando
tu cólera con las manos
y caminas arrastrando
tus desengaños...
Si en algún recodo
algo te dice
que te han robado
la inocencia
y te asomas al vértigo
de sentirte cómplice
de tanta sordidez...
Si el frío se ha vuelto
en tu mesa
algo inhumano,
si te sientes un desconocido
ante tu sombra
y no hay simbolismos
ni convicciones...
Si piensas que ya no vas,
que no queda más tiempo
que esa noche,
desconfía del viento,
la sangre, las palabras,
también de los espejos...
Y haz caso a tu piel
si aún la necesita a ella
porque en ese fuego
arderá aún viva
la llama que te sostenga.
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