Soy fruto del dolor,
por eso aprendí a reír.
En algún lugar de mi universo,
aleteó un día una mariposa
y el caos se volvió transparente
para alejar la tortura
del desconsuelo
y el acervo del pesimismo.
Después fumigué el asedio
de normas vanas
y complejos estúpidos
que no llevan a parte alguna.
Ya nunca más dejé
que la idea del pecado
viniera a tocar en la puerta
y armé mi corazón
con gritos liberados.
Luego fue descubrir la sonrisa
y darme cuenta
de la cantidad de motivos.
Ahora, lo que yo amo
no le pone pleitos
a la esquina de nadie,
no sabe de jueces
y menos aún de curias,
no le pone grilletes
a los gemidos de nadie,
ni disuade de lo contrario
a los coladeros de pasión
cimentados en la noche.
No tengo más posesiones
y no deseo más que eso...
Pero si quieres mi risa
te la doy con gusto,
porque sé que contigo
se volverá contagiosa
y será risa para todos,
aunque la mariposa y yo
podamos morirnos de tristeza.
por eso aprendí a reír.
En algún lugar de mi universo,
aleteó un día una mariposa
y el caos se volvió transparente
para alejar la tortura
del desconsuelo
y el acervo del pesimismo.
Después fumigué el asedio
de normas vanas
y complejos estúpidos
que no llevan a parte alguna.
Ya nunca más dejé
que la idea del pecado
viniera a tocar en la puerta
y armé mi corazón
con gritos liberados.
Luego fue descubrir la sonrisa
y darme cuenta
de la cantidad de motivos.
Ahora, lo que yo amo
no le pone pleitos
a la esquina de nadie,
no sabe de jueces
y menos aún de curias,
no le pone grilletes
a los gemidos de nadie,
ni disuade de lo contrario
a los coladeros de pasión
cimentados en la noche.
No tengo más posesiones
y no deseo más que eso...
Pero si quieres mi risa
te la doy con gusto,
porque sé que contigo
se volverá contagiosa
y será risa para todos,
aunque la mariposa y yo
podamos morirnos de tristeza.
1 comentario:
Nos hablas de libertad conquistada amigo, y esa es tu victoria,sólo tuya y el premio es tu sonrisa, tu risa...y no la puedes dar a nadie, es la única propiedad que tú no debes jamar dar.
La mariposa es a tu mano donde debe ir y ni tú ni ella podreis jamar morir de tristeza.
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