sábado, 3 de julio de 2010

POR SIEMPRE

A las Wendys que ansían convertirse en Campanillas:

Él vivía en la Isla
de Las Tristezas Imposibles,
ella en La Ciudad
de los pálpitos de la no-felicidad.
Él escribía versos
en su espíritu de niño eterno,
ella ansiaba poemas
para convertirlos en verdad.
Así nació una hermosa historia
de realidades isleñas
que se negaron a crecer
y sueños urbanos
que ansiaban reencontrar
la inocencia de la niñez perdida.
Peter se contaminó pronto
con la ilusión de Wendy
por un mundo de fantasía,
y Wendy acabó contagiada
con la magia de soplos felices
que le pusieron a sus pies.
Sin pretenderlo previamente
y por el arte de lo casual,
descubrieron en sus correrías
los polvos mágicos
de la complicidad del pensamiento
y las maravillas de la amistad.
Con ese poder recién adquirido
juntos volaron hacia el mundo
donde se sonríe a una mirada,
se siente lo que se anhela
y se es lo que se quiere ser.




2 comentarios:

Antoniatenea dijo...

Entonces... ¡¡¡es cierto...existe Peter Pan , Wendy y Campanilla..es cierto que existe el País de Nunca Jamás!!!.
Me pregunto entonces ¿¿¿qué hacía yo en esta otra parte???
Sigue siempre con esa mágia, esa fantasía y esa niñez en el "alma", nos contagias, lo sabes!!!

Pacogor dijo...

El País de Nunca Jamás está dentro de tí, de mí, de todos... Sólo tenemos que ser capaces de encontrarlo para poder volver a él siempre que lo necesitemos.
Yo lo descubrí hace poco, cuando alguien me hizo ver que a Peter Pan podría tenerlo al otro lado del espejo.