A veces mis sueños me dan una alegría,
y entonces pueden convertirse
en tarjetas de embarque en un avión
que parte rumbo a los horizontes del deseo.
A veces se portan bien mis sueños
me recuerdan lugares que no he visto
y donde pareciera que fuimos felices.
A veces que bonitos son mis sueños,
llenos de aventurados viajes con maletas
cargadas de amor y aventuras,
y si hay suerte transportando incluso
un suspiro que pronuncie tu nombre,
ahogado entre tus piernas.
A veces transcurren bien mis sueños,
pero otras se despistan,
por lo común están cansados
y suelen acabar teniendo
el mismo rostro que el olvido,
pues se basan en demasiados fracasos,
en demasiadas tardes
estúpidamente llenas de soledad,
sin evitar que de los estómagos de la decepción
les crezcan abatidos pájaros
que vagamente recuerdan al hirsuto vacío
del que no he conseguido salir nunca.
Quizás esté en el destino de ciertos hombres
que sólo pueden amar con cargo al naufragio,
pero esta materia ya la tengo demasiado trillada
y ahora mismo me produce un profundo hastío...
1 comentario:
A veces mis sueños, tus sueños, y los de otras personas, se hacen realidad.
Publicar un comentario