miércoles, 3 de junio de 2009

90 CUMPLEAÑOS DE NELSON MANDELA


Si hay un referente moral hoy en el mundo, se llama Nelson Mandela. Hoy, por cierto, festeja su noventa cumpleaños en su aldea natal sudafricana, Qunu. En esta época en que parecen predominar los desvalores y el individualismo, es bueno rendir tributo a una persona que supo ofrecer su vida por defender sus ideales y la dignidad de los seres humanos, pero sobre todo que siempre privilegió los métodos no violentos y las soluciones pacíficas para los conflictos.

La privacidad de la celebración en el pequeño pueblo contrasta con el agasajo dispensado al líder de la lucha contra el apartheid el mes pasado en Londres, cuando el primer ministro británico, Gordon Brown, encabezó una cena en la que participaron Mandela y un gran número de famosos (Forrest Whitaker, Pierce Brosnan, Denzel Washington, Boris Becker o Robert de Niro, entre otros). También se encontraba presente Will Smith (que interpretará a Mandela en una próxima película sobre su vida). La cena fue seguida con un gran recital en su honor en el que cantó, entre otros, Amy Winhouse.

El recital, ofrecido el 27 de junio en el Hyde Park londinense, se llamó 46664. La cifra hace referencia al número de prisionero asignado a Mandela durante los 27 años que pasó encarcelado por el desaparecido régimen racista sudafricano. Mandela salió de la cárcel en 1990 y cuatro años después se convirtió en el primer presidente de Sudáfrica y, sobre todo, en un símbolo internacional contra la segregación racial y la discriminación. Desde su liberación, pero sobre todo desde su retiro de la actividad política al terminar su mandato presidencial en 1999, Mandela se ha transformado en el estadista más buscado y venerado por famosos del mundo entero. El trato y las palabras que se le suele destinar a Mandela son de las guardadas por lo general para cuando los grandes líderes mueren, pero el sudafricano se ha convertido en uno de esos raros casos de "santificación" en vida. La razón de tanto amor y respeto es sencilla de entender. Mandela salió de la cárcel con un mensaje de reconciliación y pacificación que incluía a quienes lo mantuvieron encarcelado durante casi tres décadas y con ello condujo a su país a una transición democrática pacífica, a pesar de que existían todos los ingredientes para terminar en un baño de sangre por violencia racial. El mundo reconoció su labor y sus compatriotas también. Los que han tenido la suerte de tratarle personalmente hablan y no paran de su encanto personal, que encandila a propios y extraños, amigos y enemigos.

En Sudáfrica Mandela suele ser llamado Madiba, un apodo cariñoso y respetuoso utilizado para los viejos sabios, para las grandes figuras paternas de las comunidades en su zona natal. Por proximidad al líder, Sudáfrica es también donde más críticas pueden escucharse hacia su persona, no tanto por lo que hizo como por lo que no hizo para solucionar temas como la desigualdad económica imperante en el país más rico de África. Pero los milagros son imposibles, y seguro que el propio Mandela se reirá en la intimidad de la manía de verle como un santo. Lo que resulta indudable es que se ha convertido, puede que incluso a su pesar, en la figura viva del mundo más representativa en cuestiones de moral y derechos humanos. Eso es lo que parecen decirle quienes lo saludan en el sitio web creado para festejar sus 90 años,
happybirthdaymandela.com.
“Durante toda mi vida me he dedicado a esta lucha del pueblo africano. He peleado contra la dominación blanca, y he peleado contra la dominación negra. He buscado el ideal de una sociedad libre y democrática, en la que todas las personas vivan juntas en armonía e igualdad de oportunidades. Es un ideal que espero poder vivir para ver realizado. Pero si es necesario, es un ideal por el cual estoy preparado para morir”

Año 1964: Nelson Mandela, en el cierre de su alegato ante la Suprema Corte que le juzgaba.




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