domingo, 12 de octubre de 2008

'CHO VITO': REFLEXIONES ANTE LA INDIGNIDAD

Imagen: Cho Vito antes de su destrucción
Esta ha sido una semana en que los estamentos en que se sustenta lo que algunos denominan con delectación ‘Estado de Derecho’ han mostrado su verdadera cara. Ha sido aquí, en esta isla adormecida desde hace tanto tiempo por el vértigo de un consumismo atroz, escandalosos atentados contra el medio ambiente (el otro medio ya nos lo hemos cargado, como dijo una vez alguien), y una red de intereses entre la clase política, empresarial y de medios de comunicación verdaderamente repugnante.
Les pongo en antecedentes: En España existe desde el año 1988 lo que se ha venido a denominar la ‘Ley de Costas’, que declara de dominio público un espacio que va desde la orilla del mar hasta cien metros atrás en tierra, y donde en teoría se prohíbe la construcción privada. Hasta ahí vamos bien. El problema es que en estos veinte años de existencia de la Ley, no puede decirse que los encargados de administrarla hayan sido demasiado diligentes a la hora de su aplicación sobre el terreno. No hay más que darse una vuelta por el litoral español para ver que por todos sitios la conjunción de intereses entre la rapiña de las constructoras, la nula conciencia cívica de los ricos y los empresarios turísticos, y la más que sospechosa actitud colaboracionista de los ayuntamientos; ha conseguido convertir la norma en papel mojado, construyendo a su antojo hoteles, apartamentos y viviendas de lujo, donde les ha dado la gana.
También lo han hecho los más humildes, eso es cierto. Como el del caso que ahora nos ocupa, una pequeña población marinera llamada ‘Cho Vito’, construida en los años cincuenta a base de sacrificios, y mantenida viva por sus habitantes durante todo este tiempo con todo el amor del que sólo es capaz el que sabe del esfuerzo que supone conseguir un lugar decente para vivir. Casitas blancas y sencillas con sabor a mar y pescado, pero en plena zona que la Ley de Costas declaró de uso público. Los habitantes de Cho Vito no eran ocupas que vivían al margen de la Ley: Se encontraban empadronados en su municipio, y durante todos estos años han venido pagando religiosamente sus impuestos como cualquier hijo de vecino. Formaban una comunidad con valores históricos y etnográficos indiscutibles, un ejemplo vivo de lo que les ha costado a las clases populares canarias llegar hasta donde estamos.
Pero se ha de hacer cumplir la Ley. Y ya sabemos lo que usualmente ocurre con estas cosas... Eso de que las leyes no son iguales para todos, y lo sencillo que resulta aplicársela a los más humildes: Los que no dispondrán de dinero ni tiempo para afrontar como otros la defensa de lo que consideran sus derechos, los que nunca tendrán a sus disposición los mejores despachos de abogados, los que no saben de triquiñuelas legales para retrasar los procesos ni, por qué no decirlo, tampoco podrán comprar a nadie por debajo de la mesa, ni untar con euros determinadas conciencias... Pero esta vez se han pasado. Porque el poblado de Cho Vito ha sido destruido esta semana con una frialdad y desfachatez tales, que lo ocurrido será una mancha que perdurará durante mucho tiempo en el currículum de los que han permitido (por acción u omisión) semejante salvajada.
Las autoridades se convierten en titanes al tratarse del débil. Cuando se tira una casa se está creando un drama humano difícilmente cuantificable. No son sólo cuatro paredes las que caen bajo la inmisericorde acción máquina: Son los recuerdos, las experiencias, los sentimientos de las gentes que allí han vivido, gozado y sufrido. Por eso es necesario medir con mucho esmero las consecuencias de una acción semejante, tratar el hecho con el mayor de los cuidados. La aplicación en una isla de una Ley como la de Costas es muy complicada, porque habrá muchos lugares donde el deslinde chocará frontalmente contra la realidad física y el hecho histórico. El caso de Cho Vito ha sido un salvaje atentado contra la razón, porque la política y la justicia han de tener como referente el respeto a la dignidad de las personas y no funcionar con una lógica implacable y despiadada. Las imágenes que nos llegaban, en las que las fuerzas represivas del Estado sacaban a rastras de las casas a sus habitantes como si de vulgares delincuentes se tratara para obligarles a ver como eran derribadas, nos acercaban hasta aquí mismo las brutalidades que comete el ejército israelí en los territorios ocupados de Gaza y Cisjordania. No hay nada más indigno que una ley injusta, la que se dedica a saquear el alma de los ciudadanos a golpe de decretazo.
No hay monsergas que valgan: La mar de las veces, detrás de lo que llaman ‘legalidad’ se esconde la más atroz de las injusticias. Cho Vito es un caso paradigmático en este sentido: Los que dicen que están para protegernos y defendernos siguen siendo los viejos enemigos de siempre. Las cosas cambian en la superficie, han experimentado un lavado de cara. Pero basta con rascar un poco para que salga a la luz toda la basura que contiene un sistema basado en la desigualdad, la limitación de derechos y la sumisión a los intereses de los poderosos. La imagen de los guardias civiles llevando en volandas a mujeres, obligándolas a abandonar sus hogares mientras lloraban su desesperación, es una metáfora que explica mejor que cualquier discurso estos argumentos.
Entra tanta vergüenza, es necesario resaltar un gesto de dignidad que honra a quien lo hizo: El del anónimo conductor de una de las palas destructoras, que viendo el espectáculo al que le obligaban a participar, decidió apearse del vehículo para no sumarse a la destrucción del barrio marinero y su propia conciencia. Que paradoja que el único que decidió incumplir la Ley en esa infausta jornada, se agrande ante nuestros ojos como ser humano. Para los demás... Jueces, policías y políticos: Nuestro más desgarrado desprecio. Al menos ha servido para recordarnos quién es quién en este tinglado que llaman democracia.

2 comentarios:

CRO dijo...

QUE PASES UN FELIZ DOMINGO PAKITO

Jony dijo...

Hola soy Adrian...el liverpool.
Lo del chovito es un crimen, pero que le vamos a hacer.
Mi blog es http://liverpoolfctenerife.blogspot.com/, y empece el 15 de julio en esto del mundo blogger.
El de Juan Luis es http://perdidosporlostclub.blogspot.com/.

Tu blog no esta nada mal y la igualdad que le veo con el mio es que ambos lo usamos como un herramienta para liberar lo que tenemos ahi dentro para el que tenga tiempo y quiera leerlo.

Un saludo Gorrin, cuidate.