Se acaba septiembre
y le doy la bienvenida al otoño
con unas uvas en el plato.
Los niños ya realizan
sus tareas escolares,
en la radio hablan de nuevo
sobre planes de paz.
Hay matices de colores
en la ventana,
se anuncia un nuevo crepúsculo.
Me hago preguntas
y sé que sólo con el sueño
acabará el día.
Mañana, quién sabe...,
puede que ya no nos acordemos
los unos de los otros,
quizás dejemos de sernos fieles
a nosotros mismos
y no nos proteja
la oscuridad de la noche,
porque la blanca luz de la luna
lucirá sobre los campos:
Momentos en que tras las sombras
se esconde el aroma del silencio
y se desnudan los sentimientos...
Miro el papel en la mesa:
Por allí andan dispersas
palabras que durante el día
han recorrido los caminos de mi mente.
Quiero poner a su lado
unos puntitos como sello personal,
con la intención
de que tus ojos los encuentren,
y sepan que escribo tu huella
para que en la estación que comienza
permanezca latente
un sentir que está muy por encima
de cualquier indiferencia...
y le doy la bienvenida al otoño
con unas uvas en el plato.
Los niños ya realizan
sus tareas escolares,
en la radio hablan de nuevo
sobre planes de paz.
Hay matices de colores
en la ventana,
se anuncia un nuevo crepúsculo.
Me hago preguntas
y sé que sólo con el sueño
acabará el día.
Mañana, quién sabe...,
puede que ya no nos acordemos
los unos de los otros,
quizás dejemos de sernos fieles
a nosotros mismos
y no nos proteja
la oscuridad de la noche,
porque la blanca luz de la luna
lucirá sobre los campos:
Momentos en que tras las sombras
se esconde el aroma del silencio
y se desnudan los sentimientos...
Miro el papel en la mesa:
Por allí andan dispersas
palabras que durante el día
han recorrido los caminos de mi mente.
Quiero poner a su lado
unos puntitos como sello personal,
con la intención
de que tus ojos los encuentren,
y sepan que escribo tu huella
para que en la estación que comienza
permanezca latente
un sentir que está muy por encima
de cualquier indiferencia...
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