Imagen:"Sufrimiento", fotografía de Peluqui
Vino sin que nadie la invitara
y se instaló entre nosotros.
Nos acompañó, indiferente,
en la mesa del desayuno,
entre el plato con las tostadas
y el vaso de zumo de naranja.
Ni tú ni yo la llamamos,
porque hay cosas
que suceden
sin saber muy bien por qué.
Vino y suspirabas lamentos,
que no podían ocultar
el rumor de tus mentiras.
Mientras, yo guardo silencio
y procuro no olvidar:
me obligo a seguir soñando
cada mañana,
con aquellos ojos enamorados
que me saludaban al despertar.
Pero ahora, afuera llueve,
y aquí dentro hace mucho frío...
y se instaló entre nosotros.
Nos acompañó, indiferente,
en la mesa del desayuno,
entre el plato con las tostadas
y el vaso de zumo de naranja.
Ni tú ni yo la llamamos,
porque hay cosas
que suceden
sin saber muy bien por qué.
Vino y suspirabas lamentos,
que no podían ocultar
el rumor de tus mentiras.
Mientras, yo guardo silencio
y procuro no olvidar:
me obligo a seguir soñando
cada mañana,
con aquellos ojos enamorados
que me saludaban al despertar.
Pero ahora, afuera llueve,
y aquí dentro hace mucho frío...
No hay comentarios:
Publicar un comentario