Reconozco que por mis palabras campan la rabia, la extrañeza, la soledad, las miradas y ausencias... Y muchas veces, el pesimismo. Lo siento, pero no pienso pedir disculpas por la falta de compasión: Si la ocasión lo merece, también se desbordan las mejores emociones.
lunes, 7 de enero de 2008
NAUFRAGIOS
-Hay que superar los naufragios- me dijo. -Al fin y al cabo, siempre podremos guardar algún tesoro en la parte más hundida de nuestro barco...-
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