Reconozco que por mis palabras campan la rabia, la extrañeza, la soledad, las miradas y ausencias... Y muchas veces, el pesimismo. Lo siento, pero no pienso pedir disculpas por la falta de compasión: Si la ocasión lo merece, también se desbordan las mejores emociones.
jueves, 24 de enero de 2008
EL ESPEJO
Imagen: "Los laberintos del alma", óleo de Alberto Pancorbo
Me miré al espejo, y el muy tonto pensó que estaba solo: No supo ver que conmigo andaba tu ausencia.
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