La gente del mar
ha sabido elegir bien
donde hacer realidad los sueños
y cómo ha de vivir.
El morir es otra cosa,
una incógnita
que les será desvelada
a su debido momento
como a todos los demás,
pero que no les obsesiona.
Los viejos marinos saben
que han de estar preparados
cuando llegue la hora
del último naufragio.
Es la razón fundamental
de su escaso equipaje
y que se despidan de tierra
libres de ataduras,
pues no existen Penélopes
en el horizonte de su vida:
Prefieren ser abrazados
por un cálido y efímero pubis,
amar a anónimas sirenas
en algún remoto puerto,
despreciando los oídos sordos
que un día les hizo un tal Ulises,
necio capitán donde los haya...
Mi más sincero homenaje a uno de mis mitos
más queridos: Los hombres de la mar.
ha sabido elegir bien
donde hacer realidad los sueños
y cómo ha de vivir.
El morir es otra cosa,
una incógnita
que les será desvelada
a su debido momento
como a todos los demás,
pero que no les obsesiona.
Los viejos marinos saben
que han de estar preparados
cuando llegue la hora
del último naufragio.
Es la razón fundamental
de su escaso equipaje
y que se despidan de tierra
libres de ataduras,
pues no existen Penélopes
en el horizonte de su vida:
Prefieren ser abrazados
por un cálido y efímero pubis,
amar a anónimas sirenas
en algún remoto puerto,
despreciando los oídos sordos
que un día les hizo un tal Ulises,
necio capitán donde los haya...
Mi más sincero homenaje a uno de mis mitos
más queridos: Los hombres de la mar.
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