Se nos ha ido Fernando Fernán Gómez a los 86 años. ¿Qué se puede decir cuando fallece un personaje que ha sido referente de la cultura española durante tantos años? No seré yo el que explique las razones: Referencias a su figura aparecerán por todas partes. Pero para los amantes de la literatura y el cine, era alguien irrepetible. Es inevitable la sensación de orfandad: Innumerables películas como actor y director, 11 novelas, 6 obras de teatro, 2 libros de poemas, televisión... Un genio entrañable, que huía de homenajes y la algarabía y estupideces de la fama: Tertuliano infatigable, sus amigos lo adoraban. Los que no tuvimos la suerte de serlo, envidiábamos la suerte que estos tenían.
Quizás sea Fernán Gómez el último viejo caballero español: Ácrata en sus convicciones, enemigo de cualquier mojigatería barata y crítico con las servidumbres del poder. Su obra más personal es un canto enorme a la libertad, la independencia de criterio y la utopía. Sumido en la desolación que produce su definitiva ausencia, sólo me queda por decir que adoraba a ese viejo y entrañable gruñón. Perdonen el exabrupto, pero como seguramente él diría con voz profunda y gesto airado:
-¡Vaya mierda de noticia!
Quizás sea Fernán Gómez el último viejo caballero español: Ácrata en sus convicciones, enemigo de cualquier mojigatería barata y crítico con las servidumbres del poder. Su obra más personal es un canto enorme a la libertad, la independencia de criterio y la utopía. Sumido en la desolación que produce su definitiva ausencia, sólo me queda por decir que adoraba a ese viejo y entrañable gruñón. Perdonen el exabrupto, pero como seguramente él diría con voz profunda y gesto airado:
-¡Vaya mierda de noticia!
No hay comentarios:
Publicar un comentario