Quizás la noche sea proclive
a que las ilusiones florezcan,
pero estoy convencido
de que la poesía es también
un arma de combate.
Quisiera recoger el testigo
que dejaron en el aire
tres poetas del compromiso,
iluminarias de la lengua
destruidos por la fría faz
de la maldad humana:
Desde mi humildad,
saludo con cariño inmenso
y un enorme respeto
a los desolados huesos
de D. Antonio Machado,
Federico García Lorca
y Miguel Hernández:
Inmensos en su leyenda,
gigantes de sensibilidad
que trajeron a mi alma
el amor por la palabra.
Por ellos llevo un lápiz
como arma
e intento disparar poemas
como balas
para que sean leídos
en las trincheras sociales,
las prisiones, las escuelas,
los talleres y la fábricas.
Quisiera construir
andamios de esperanza,
despertar al niño
que aún llevamos dentro,
y ser trueno en la noche
de las injusticias,
para talar los cimientos
envenenados del poder.
Intento ver las sombras
de los que desesperan y lloran
y darles una voz
entre tanto silencio injusto.
Es mi mejor homenaje
a los más los grandes maestros
mis más amados poetas,
Es cierto que con peores resultados,
pero con idéntico ánimo
de empeño y firmeza.
a que las ilusiones florezcan,
pero estoy convencido
de que la poesía es también
un arma de combate.
Quisiera recoger el testigo
que dejaron en el aire
tres poetas del compromiso,
iluminarias de la lengua
destruidos por la fría faz
de la maldad humana:
Desde mi humildad,
saludo con cariño inmenso
y un enorme respeto
a los desolados huesos
de D. Antonio Machado,
Federico García Lorca
y Miguel Hernández:
Inmensos en su leyenda,
gigantes de sensibilidad
que trajeron a mi alma
el amor por la palabra.
Por ellos llevo un lápiz
como arma
e intento disparar poemas
como balas
para que sean leídos
en las trincheras sociales,
las prisiones, las escuelas,
los talleres y la fábricas.
Quisiera construir
andamios de esperanza,
despertar al niño
que aún llevamos dentro,
y ser trueno en la noche
de las injusticias,
para talar los cimientos
envenenados del poder.
Intento ver las sombras
de los que desesperan y lloran
y darles una voz
entre tanto silencio injusto.
Es mi mejor homenaje
a los más los grandes maestros
mis más amados poetas,
Es cierto que con peores resultados,
pero con idéntico ánimo
de empeño y firmeza.
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