viernes, 21 de septiembre de 2007

ENCUENTRO FUGAZ


Nos cruzamos
por la calle.
Te vi y recordé
el último poema
que llevaba tu nombre.
Hasta que agoté
el manantial.
Hice bien.
Me salvé por los pelos.
Siempre fuiste un fantasma,
me cansé de alimentar
sueños vanos
y de ahorcar amaneceres.
Ahora pasaste,
hermosa como siempre,
con esa sonrisa maquillada
sobre tus ojos tristes.
Me pregunté
si el nuevo propietario
de tus besos,
comprenderá a tiempo
que eres una especie
de Ángel Caído del Amor.
Porque siembre te vas
cuando más te aman.
En realidad no existes,
excepto para alimentarte
de corazones deshechos.

No hay comentarios: