Se descorren
las cortinas del cielo.
Pareciera que despiertan
los dioses dormidos.
Podríamos pactar con ellos
una senda que enlace
tu cuerpo con el mío.
Nos habitaremos sin puertas,
nos hallaremos sin llaves.
Tenderás con los ojos
dos puentes para mis nubes.
Librarás con la mirada
un combate a mi silencio.
No podrás derrotarme
si cruzo la frontera
de la piel que te resguarda.
Recuerda que tengo el alma
llena de poemas inacabados.
Por eso necesito
inspirarme en tu epidermis
y escribir un torrente de palabras,
cual cascada que nace en tu espalda
como un impulso de luz.
Contigo de fondo, surgen textos
libres de cargas morales,
llenos de matices estimulados
por el azul de tu tristeza,
el verde de tu esperanza,
el blanco de tus suspiros,
el negro de tus desánimos,
el rojo de tus pasiones.
Inspirados en la hermosa gama
de infinitas sensaciones
que esconden tus laberintos,
tus huecos y tu voz...
Porque seduces las palabras,
las alimentas en mi alma,
mientras el tiempo colabora
liberando las horas,
custodiando con mimo
una memoria llena de sueños,
Están en todas partes:
en las ramas de los árboles,
en la arena de las playas,
en un rayo de luz,
una canción, un paisaje,
en cada inconcreto silencio
que pronuncien emocionados
nuestros corazones.
las cortinas del cielo.
Pareciera que despiertan
los dioses dormidos.
Podríamos pactar con ellos
una senda que enlace
tu cuerpo con el mío.
Nos habitaremos sin puertas,
nos hallaremos sin llaves.
Tenderás con los ojos
dos puentes para mis nubes.
Librarás con la mirada
un combate a mi silencio.
No podrás derrotarme
si cruzo la frontera
de la piel que te resguarda.
Recuerda que tengo el alma
llena de poemas inacabados.
Por eso necesito
inspirarme en tu epidermis
y escribir un torrente de palabras,
cual cascada que nace en tu espalda
como un impulso de luz.
Contigo de fondo, surgen textos
libres de cargas morales,
llenos de matices estimulados
por el azul de tu tristeza,
el verde de tu esperanza,
el blanco de tus suspiros,
el negro de tus desánimos,
el rojo de tus pasiones.
Inspirados en la hermosa gama
de infinitas sensaciones
que esconden tus laberintos,
tus huecos y tu voz...
Porque seduces las palabras,
las alimentas en mi alma,
mientras el tiempo colabora
liberando las horas,
custodiando con mimo
una memoria llena de sueños,
Están en todas partes:
en las ramas de los árboles,
en la arena de las playas,
en un rayo de luz,
una canción, un paisaje,
en cada inconcreto silencio
que pronuncien emocionados
nuestros corazones.
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