Pretendo decodificar tus besos,
que el resplandor de tu piel
le sonría al mundo
y la sangre te palpite.
Quiero dejar mi saliva
impregnada cual simiente,
en tu silueta.
El aliento de mi alborada,
se anunciará
acosando tu vientre
para colmarte los deseos.
Buscaré con ansia
el rojo botón que te florece.
No habrá prisas, tampoco piedad.
Brotarán lágrimas de tus manos,
buscando el bálsamo
de las mías.
Exprimiré suavemente
los suspiros que escondes
en el interior de tus muslos.
Humedecerás cual brisa fresca
mis mejillas encendidas,
mientras mis ojos
se reflejarán ardientes
en el rosado puro
de las aureolas que te circundan.
Llegará el dulce momento
en que tu ser me atrape,
tus poros encendidos
me nombrarán con urgencia
y el temblor de tus caderas
remedarán el poder de los truenos.
Será entonces,
en el sosiego posterior
al estallido de nuestro encuentro,
cuando la sonrisa nos emplace
y tu pecho feliz y triunfante
se torne amalgama sobre mi espalda.
le sonría al mundo
y la sangre te palpite.
Quiero dejar mi saliva
impregnada cual simiente,
en tu silueta.
El aliento de mi alborada,
se anunciará
acosando tu vientre
para colmarte los deseos.
Buscaré con ansia
el rojo botón que te florece.
No habrá prisas, tampoco piedad.
Brotarán lágrimas de tus manos,
buscando el bálsamo
de las mías.
Exprimiré suavemente
los suspiros que escondes
en el interior de tus muslos.
Humedecerás cual brisa fresca
mis mejillas encendidas,
mientras mis ojos
se reflejarán ardientes
en el rosado puro
de las aureolas que te circundan.
Llegará el dulce momento
en que tu ser me atrape,
tus poros encendidos
me nombrarán con urgencia
y el temblor de tus caderas
remedarán el poder de los truenos.
Será entonces,
en el sosiego posterior
al estallido de nuestro encuentro,
cuando la sonrisa nos emplace
y tu pecho feliz y triunfante
se torne amalgama sobre mi espalda.
1 comentario:
Turbadoras palabras que desasosiegan el cuerpo y el corazón...
No dejes nunca que la rutina y el día a dia te hagan perder esa habilidad.
Besos
Eugenia
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