Zahira: la que florece
La más de las veces, los verdaderos héroes, los personajes que pueden servirnos de ejemplo al resto de seres humanos se encuentran en el más absoluto de los anonimatos. Gracias a las informaciones que cada día nos llegan del juicio que se celebra en Madrid a los acusados por los atentados del 11-M, ha salido a la luz uno de ellos.
Siempre me pregunto qué es de las víctimas cuando el foco de la actualidad los deja solos con la carga que han de sobrellevar. Ha de ser el momento en que verdaderamente se les presenta el futuro en forma de una normalidad que ya nunca podrá ser la que era. Esto mismo le tuvo que pasar a Zahira Obaya, una gaditana de Tarifa que cuenta ahora con 24 años y que se dirigía a su trabajo de dependienta en el centro de Madrid cuando explotó el tren de la calle Téllez.
Durante ocho interminables horas los cirujanos intentaron reconstruirle el rostro terriblemente desfigurado sin tener siquiera una foto que los guiase en su trabajo. Tenía destrozos en los huesos de la nariz, en el pómulo, en la mandíbula. El nervio de la mitad izquierda de la cara estaba seccionado, había perdido mucha sangre y en varios momentos se temió por su vida. Y no se pudo hacer nada por su ojo izquierdo.
Fue una de las 2.000 personas heridas en el atentado. Cuando recibió el alta, comenzó una nueva etapa en su suplicio. No se reconocía en aquella cara y evitaba cruzarse con cualquier tipo de espejo. Una noche de lluvia, al acercarse a la ventana de su cuarto, el cristal le devolvió su imagen sin el parche que ahora lleva en el lugar donde debería estar el ojo perdido. Encendió la luz, y tomó la decisión de no esconderse nunca más. Había que seguir viviendo, y eso ha hecho. Ya ha conseguido el paso más importante: aceptarse tal y como ahora es.
Esta semana ha vuelto a Madrid para una nueva operación, y debido a un ligero retraso se vio con un par de días libres, sin saber muy bien qué hacer. Después de meditarlo mucho, ha hecho acto de presencia en el juicio a los causantes de su sufrimiento. El primer día anduvo escondida entre el resto del público, pero en el segundo, haciendo acopio de un valor admirable, se sentó justo al lado de la pared de cristal reforzado que separa la jaula de seguridad donde se encuentran los acusados, del resto de los presentes en la sala. Y fue capaz de mirarlos a la cara, frente a frente, para que comprobaran a través de ella todo el horror que habían causado. Ninguno fue capaz de sostenerle la mirada.
Cuando abandonó la sala estaba feliz. No sólo porque tenía la sensación de haberles dado una lección, sino porque pudo comprobar in situ todo el mecanismo del juicio y eso le ha dado confianza en la justicia. Zahira tiene toda la luz de Cádiz en su carácter, una alegría que contagia. Sabe que no hemos de quedarnos atrapados en el dolor, que el futuro está lleno de rayos de sol y gotas de lluvia que disfrutar...
Zahira es un nombre árabe. Significa “la que florece”
La más de las veces, los verdaderos héroes, los personajes que pueden servirnos de ejemplo al resto de seres humanos se encuentran en el más absoluto de los anonimatos. Gracias a las informaciones que cada día nos llegan del juicio que se celebra en Madrid a los acusados por los atentados del 11-M, ha salido a la luz uno de ellos.
Siempre me pregunto qué es de las víctimas cuando el foco de la actualidad los deja solos con la carga que han de sobrellevar. Ha de ser el momento en que verdaderamente se les presenta el futuro en forma de una normalidad que ya nunca podrá ser la que era. Esto mismo le tuvo que pasar a Zahira Obaya, una gaditana de Tarifa que cuenta ahora con 24 años y que se dirigía a su trabajo de dependienta en el centro de Madrid cuando explotó el tren de la calle Téllez.
Durante ocho interminables horas los cirujanos intentaron reconstruirle el rostro terriblemente desfigurado sin tener siquiera una foto que los guiase en su trabajo. Tenía destrozos en los huesos de la nariz, en el pómulo, en la mandíbula. El nervio de la mitad izquierda de la cara estaba seccionado, había perdido mucha sangre y en varios momentos se temió por su vida. Y no se pudo hacer nada por su ojo izquierdo.
Fue una de las 2.000 personas heridas en el atentado. Cuando recibió el alta, comenzó una nueva etapa en su suplicio. No se reconocía en aquella cara y evitaba cruzarse con cualquier tipo de espejo. Una noche de lluvia, al acercarse a la ventana de su cuarto, el cristal le devolvió su imagen sin el parche que ahora lleva en el lugar donde debería estar el ojo perdido. Encendió la luz, y tomó la decisión de no esconderse nunca más. Había que seguir viviendo, y eso ha hecho. Ya ha conseguido el paso más importante: aceptarse tal y como ahora es.
Esta semana ha vuelto a Madrid para una nueva operación, y debido a un ligero retraso se vio con un par de días libres, sin saber muy bien qué hacer. Después de meditarlo mucho, ha hecho acto de presencia en el juicio a los causantes de su sufrimiento. El primer día anduvo escondida entre el resto del público, pero en el segundo, haciendo acopio de un valor admirable, se sentó justo al lado de la pared de cristal reforzado que separa la jaula de seguridad donde se encuentran los acusados, del resto de los presentes en la sala. Y fue capaz de mirarlos a la cara, frente a frente, para que comprobaran a través de ella todo el horror que habían causado. Ninguno fue capaz de sostenerle la mirada.
Cuando abandonó la sala estaba feliz. No sólo porque tenía la sensación de haberles dado una lección, sino porque pudo comprobar in situ todo el mecanismo del juicio y eso le ha dado confianza en la justicia. Zahira tiene toda la luz de Cádiz en su carácter, una alegría que contagia. Sabe que no hemos de quedarnos atrapados en el dolor, que el futuro está lleno de rayos de sol y gotas de lluvia que disfrutar...
Zahira es un nombre árabe. Significa “la que florece”
1 comentario:
hola me llamo zahira soy de Mexico del estado de Veracruz...
sabes buscando en la web mi nombre me he encontrado con este scrito.. te kiero decir que esta muy lindo me ha dado una leccion.. por ke io al igual k zahira he pasado por muchas co0sas claro no tan dificiles como las ke ella ha pasado pero ps en fin todos tenemos nuestros problemas. el chiste es ke al leer estas lineas me he visto reflejada en la fortaleza de zahira por k io me sentia como ella gracias a dios he salido adelante y no me he dejado caer... de antemano felicito a zahira por tener la enteresa y fuerza de salir de su cuarto y enfrentar el mundo tal y como es ahora para ella.. bien por ti niña!!..
y te felicito a ti por escrbir estas lineas llenas de lecciones para los demas...
bueno me despido no se si algun dia vuelva a dar con esta pagina pero ps me gustaria hacerlo para ver que has puesto d nuevo...
un cordial saludo...
att: zahira jissel.. veracruz mexico.
mr.hack_21@hotmail.com ...
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