Pensé que era el éxtasis
cuando con un profundo suspiro
te quitaste, reflexiva,
la pulsera.
Pero me equivoqué.
La embriaguez fue
cuando regresaste del baño
con una sonrisa en los ojos
y la sacudida del deseo
como una flor abierta
en la piel.
Habías dejado allí dentro
todas tus vergüenzas.
Nos acercamos despacio,
hubo un roce
de mi mano en tu espalda
y cayeron los velos:
Todo fue armonía en el caos
en que nos convertimos,
hasta depositar nuestros sueños,
suave y lentamente, en el paraíso
de los apetitos satisfechos.
cuando con un profundo suspiro
te quitaste, reflexiva,
la pulsera.
Pero me equivoqué.
La embriaguez fue
cuando regresaste del baño
con una sonrisa en los ojos
y la sacudida del deseo
como una flor abierta
en la piel.
Habías dejado allí dentro
todas tus vergüenzas.
Nos acercamos despacio,
hubo un roce
de mi mano en tu espalda
y cayeron los velos:
Todo fue armonía en el caos
en que nos convertimos,
hasta depositar nuestros sueños,
suave y lentamente, en el paraíso
de los apetitos satisfechos.
1 comentario:
¡Al fin puedo poner mis comentarios!
Me encanta el blogg, no desmerece nada del que tenías.
Como siempre, lleno de belleza y sensibilidad.
Gracias por hacernos la vida mucho mas agradable.
Besitos
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