Una de las sorpresas de la noche de los Oscars de este año fue que la coproducción hispano-mejicana “El laberinto del fauno” no se llevase el premio a la mejor película de habla no inglesa, cuando era la gran favorita en todas las quinielas. Al final resultó ganadora en esta categoría, “La vida de los Otros” (Das leben der anderen) y si tienen la oportunidad de visionarla entenderán la razón.
Que me perdone mi admirado Clint Easwood (mi director favorito) y la maravilla cinematográfica que ha significado su “Cartas desde Iwo Jima”, pero este film alemán es sin ningún género de dudas la mejor película del año. Su director ha debutado en el cine por la puerta grande acaparando premios con una historia sobrecogedora, llevándonos al pasado reciente de Alemania y aprovechando para hacer una reflexión sobre la traición, el miedo, la ausencia de libertad, la represión, el coraje y el amor que nos mantiene dentro de la historia hasta mucho después de acabada la proyección. Es una película con un alto contenido político, eso es indudable, pero en la que prima el cariño con que son tratados los personajes, marionetas en una sociedad donde todos son sospechosos, y en un determinado momento han de optar por rebelarse o claudicar.
La Historia
Berlín Oriental, año 1984. La reforma política de la URSS que acabaría con los regímenes estalinistas en Europa del Este aún no ha comenzado. El capitán Gerd Wiesler es un competente oficial de la todopoderosa Stasi, la policía secreta del régimen comunista de la antigua República Democrática Alemana. Un hombre solitario y triste, centrado en descubrir supuestos enemigos del régimen, convencido del valor de su trabajo.
Cuando recibe el encargo de espiar a la pareja formada por un prestigioso autor de teatro y una popular actriz de la que está encaprichado un jerifalte del gobierno, no puede sospechar hasta que punto ese encargo va a suponer que se tambalee su lealtad al régimen, lo que le llevará a una apuesta en la que jamás hubiera pensado antes y que supondrá un cambio trascendental en la vida de todos los implicados.
A destacar la interpretación excepcional de Ulrich Mühe, actor desconocido por estos lares, encarnando al policía Wiesler. Estremece contemplar como, con una contención sorprendente, basta una simple mirada o un determinado gesto para mostrarnos la evolución que experimenta el protagonista, que acabará convirtiéndolo en un héroe anónimo. Resulta increíble que el actor llegó a denunciar públicamente a su mujer, de la que se separó, al descubrir que estaba a sueldo de la Stasi a la que pasaba informes sobre él.
Que me perdone mi admirado Clint Easwood (mi director favorito) y la maravilla cinematográfica que ha significado su “Cartas desde Iwo Jima”, pero este film alemán es sin ningún género de dudas la mejor película del año. Su director ha debutado en el cine por la puerta grande acaparando premios con una historia sobrecogedora, llevándonos al pasado reciente de Alemania y aprovechando para hacer una reflexión sobre la traición, el miedo, la ausencia de libertad, la represión, el coraje y el amor que nos mantiene dentro de la historia hasta mucho después de acabada la proyección. Es una película con un alto contenido político, eso es indudable, pero en la que prima el cariño con que son tratados los personajes, marionetas en una sociedad donde todos son sospechosos, y en un determinado momento han de optar por rebelarse o claudicar.
La Historia
Berlín Oriental, año 1984. La reforma política de la URSS que acabaría con los regímenes estalinistas en Europa del Este aún no ha comenzado. El capitán Gerd Wiesler es un competente oficial de la todopoderosa Stasi, la policía secreta del régimen comunista de la antigua República Democrática Alemana. Un hombre solitario y triste, centrado en descubrir supuestos enemigos del régimen, convencido del valor de su trabajo.
Cuando recibe el encargo de espiar a la pareja formada por un prestigioso autor de teatro y una popular actriz de la que está encaprichado un jerifalte del gobierno, no puede sospechar hasta que punto ese encargo va a suponer que se tambalee su lealtad al régimen, lo que le llevará a una apuesta en la que jamás hubiera pensado antes y que supondrá un cambio trascendental en la vida de todos los implicados.
A destacar la interpretación excepcional de Ulrich Mühe, actor desconocido por estos lares, encarnando al policía Wiesler. Estremece contemplar como, con una contención sorprendente, basta una simple mirada o un determinado gesto para mostrarnos la evolución que experimenta el protagonista, que acabará convirtiéndolo en un héroe anónimo. Resulta increíble que el actor llegó a denunciar públicamente a su mujer, de la que se separó, al descubrir que estaba a sueldo de la Stasi a la que pasaba informes sobre él.
Los premios
La película ha arrasado allá a dónde ha ido:
7 premios de la Academia del Cine Alemán
Mejor Película, Mejor Guión y Mejor Actor en los Premios del Cine Europeo
Oscar a la Mejor Película de Habla no Inglesa
Antecedentes históricos
Poco después de acabada la Segunda Guerra Mundial, la derrotada Alemania quedó dividida en dos países con sistemas políticos antagónicos. Dio comienzo la época conocida como Guerra Fría. En la llamada Alemania del Este se instauró un régimen comunista controlado por Moscú, que pronto se convirtió en una inmensa cárcel para sus habitantes. Para controlar a la población, se creó la Stasi, la policía política más poderosa que ha tenido estado alguno. Desde su aparición en 1950, la Stasi encarceló a más de 200.000 presos políticos en 17 cárceles preventivas. De ellos, aproximadamente 34.000 fueron vendidos (literalmente) a la República Federal (Alemania Occidental), con un beneficio total de 1.700 millones de euros. La Stasi contó con 100.000 funcionarios, cerca de 200.000 confidentes y estuvieron fichados 86.000 ciudadanos considerados opositores al régimen.
La precipitada caída del muro de Berlín, impidió que se destruyeran sus archivos, que ocupan 180 kilómetros de dossiers intactos y que en la actualidad pueden consultarse libremente.
La película ha arrasado allá a dónde ha ido:
7 premios de la Academia del Cine Alemán
Mejor Película, Mejor Guión y Mejor Actor en los Premios del Cine Europeo
Oscar a la Mejor Película de Habla no Inglesa
Antecedentes históricos
Poco después de acabada la Segunda Guerra Mundial, la derrotada Alemania quedó dividida en dos países con sistemas políticos antagónicos. Dio comienzo la época conocida como Guerra Fría. En la llamada Alemania del Este se instauró un régimen comunista controlado por Moscú, que pronto se convirtió en una inmensa cárcel para sus habitantes. Para controlar a la población, se creó la Stasi, la policía política más poderosa que ha tenido estado alguno. Desde su aparición en 1950, la Stasi encarceló a más de 200.000 presos políticos en 17 cárceles preventivas. De ellos, aproximadamente 34.000 fueron vendidos (literalmente) a la República Federal (Alemania Occidental), con un beneficio total de 1.700 millones de euros. La Stasi contó con 100.000 funcionarios, cerca de 200.000 confidentes y estuvieron fichados 86.000 ciudadanos considerados opositores al régimen.
La precipitada caída del muro de Berlín, impidió que se destruyeran sus archivos, que ocupan 180 kilómetros de dossiers intactos y que en la actualidad pueden consultarse libremente.
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