No hay un orden
en las nubes.
Se generan por azar,
se juntan o se separan
según soplen los vientos.
A veces forman
siluetas curiosas
o crean
un espectáculo admirable
en función de la luz
que reciben.
Los expertos
las clasifican por formas
y se afanan en predecir
su comportamiento
sin demasiada precisión.
Unas se quedan
donde nacieron
y otras viajan
miles de kilómetros.
Algunas provocan
tempestades
o violentas inundaciones
mientras otras
caen suavemente,
pero todas permanecen
en la flor,
el arroyo, el trigal
o el bosque
cuando ya nadie
recuerda su forma.
Con las personas
pasa lo mismo.
2 comentarios:
Es verdad, las nubes pasan corriendo o despacio. Me gustaba leer sus formas en la imprecisión de sus líneas.
Muy bonito poema Paco.
Un abrazo grande
Gracias, un abrazo.
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