Suena el
timbre
del teléfono
a horas intempestivas
agujereando,
demoliendo,
derribando
desde el tímpano
hasta las uñas
de los pies.
Atraviesa
el sonido
como arma
de fuego letal
por cada uno
de los huesos.
Se atasca en
el plasma,
se enrolla, se
revienta
contra la
coraza
que envuelve
tripas y
entrañas.
Devastador
retumbo
telefónico,
amargo timbre,
nuestro
enemigo
que suena para
una
oferta
comercial
que nada
interesa
y se repite
una
vez y otra
con constancia
cruel
inoportuna y repetitiva
hasta la extenuación.
hasta la extenuación.
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