lunes, 16 de febrero de 2015

CINE






Hoy me apetece hablar
de ese placer inigualable
que significa el cine
donde podemos pasar
a formar parte de historias
que sofocan la nostalgia
que alberguemos
por otro tipo de vida,
en la que el don del valor
nos sea concedido.
También el amor
puede engrandecerse
en el Séptimo Arte
y ser fiel y durar
más allá del The End
que haya ideado
la fértil imaginación
de un guionista,
obras donde ajenos paisajes
impiden la tristeza
del olvido y la muerte,
o que el tiempo y el dolor
no militen por una vez
en el bando vencido.
Es el tiempo del cine,
las luces se apagan
y en el blanco de la pantalla
una breve apariencia
en forma de película
nos hace sentir más vivos.





No hay comentarios: