Tus ojos
son bellos,
me recuerdan lo ganado
cada vez que miran,
tienen el poder
de viajar hasta mi alma
y allí vibran
como las hojas
que se regocijan
con el llegar del aire.
Repiten en él
su mejor plenilunio
y dejan en la piel
un reflejo conmovedor
al que uno quiere
acudir por siempre.
Tus ojos poseen
el poder del que habla
respetando el silencio
y el tiempo que mengua
el poder del amor
jamás podrá con ellos.
Porque más allá
de lo inmanente,
oscurecen los límites,
y sobrecogen los gestos
cada vez que se cruzan
con el devenir de los míos.
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