viernes, 16 de agosto de 2013

AMANECER EN LA PLAYA


Sentir la brisa del mar,
dejar que ese fresco
y salino aire
te acaricie el rostro,
descalzarse y no andar
como siempre,
sino hacerlo sintiendo
los granos de arena
escurrirse por los pies.
Acercarse a la orilla
y sentarnos a escuchar
el suave murmullo de las olas,
sentirse libre, evadido,
sereno y seguro a la vez.
Levantarse de nuevo
entrar despacio en el agua,
apreciar su frescura,
permitir que inunde
cada una de las partes
de nuestro cuerpo
y advertir cómo estas
se estremecen,
ver al mismo tiempo
cómo el sol va ascendiendo
sobre el horizonte,
el cielo se tiñe de rojo
y comienza a amanecer...
Te aseguro que nunca
volverás a experimentar

una experiencia parecida.




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