domingo, 22 de enero de 2012

CREER



Créele al viento
cuando un murmullo de aire
escriba en tus oídos:
¡Ven conmigo a volar!
Créele al mar
cuando un balbuceo de sal
rasguee en tu piel:
¡Ven conmigo a nadar!
Créele al corazón
cuando una sístole avivada
exprese en un latido
¡Ven conmigo a vivir!

Aunque dudes del viento,
aunque desconfíes del mar,
aunque pongas
en tela de juicio lo que digo,
aunque pienses
que ya no eres capaz
de creer en nadie,
aunque ambos sepamos
que se puede vivir sin creer...

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