miércoles, 18 de julio de 2007

EN LIBERTAD


Decidió tomar la iniciativa y preguntarle si quería casarse con ella...Tras un momento de incertidumbre, recibió un no por respuesta.
¿Decepción? Al contrario. Se esfumaron como por ensalmo todas las dudas. Decididamente, era mejor así: Sería feliz siendo ella misma, sin verse obligada a lavar, cocinar, planchar y fregar para nadie. Sin tener que rendirle cuentas a quien pudiera considerarse con el derecho a ser su dueño. Podría hacer lo que le diera en gana. Sabía que iba a costar conseguirlo, que algunos no la entenderían y sería despellejada por otros... Pero no iba a desperdiciar la oportunidad que el destino le brindaba. Apostó por su independencia, costase lo que costase. El brindis que tenían preparado lo hizo con ella misma. Le supo a gloria.

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