¿Quién dijo que existían
los finales felices?
El único final se produce
al cerrar los ojos
para siempre
y no creo que haya
felicidad en tal circunstancia.
¿Quién dijo que la verdad
no duele,
y que brilla
como un gusano de luz
en la esfera de la noche?
Pero he tenido 365 días
para dejarlo atrás
definitivamente.
Ya he asumido
que las cárceles de hielo
nos sacuden
en el centro mismo
del silencio,
ha habido todo un año
para aprenderlo.
Ya he conocido
lo que un corazón
puede soportar
de luz y de sombras,
cuánto de soledad,
cuánto de frío,
pero también
que somos capaces
de cerrar las heridas
si nos lo proponemos.
Ya he descubierto
cuántas veces
a lo largo
de un determinado tiempo
te puede golpear
la misma piedra
en el vacío.
Ya he aprendido
a vivir sin estar
condicionado por nadie
y que las inquinas
dejen de surtir efecto.
Ya he decidido, en suma,
que pese a quien le pese,
hay historias
que acaban definitivamente
porque hay más papeles
que protagonizar en la vida.

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