Si la hierba no crece,
¿para qué el otoño?
Si las nubes no pasan,
¿para qué los cielos?
Si las rosas no huelen,
¿para qué sus espinas?
Si los pájaros no cantan,
¿para qué que vuelen?
Si los sueños no despiertan,
los recuerdos no pesan
y los olvidos no curan,
¿para qué quererlos?
Si la vida se termina
antes que la muerte
te alcance,
entonces, ¿para qué vivirla?
Si de lo que se trata
es de hierba
que suene con el viento,
nubes que vuelen
rompiendo el tiempo,
pájaros que por cantar
se eleven,
rosas que espinen
más allá del suelo,
que los pies sean raíz
conectada con la tierra.
Si de lo que se trata
es de que los sueños pasen
y los recuerdos curen
siendo olvidos que pesan
corazón en la memoria...
Hay que elegir bien
cuáles son las prioridades
para que la muerte
te alcance solo
cuando la vida ya no te llegue.
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