Intento imaginar
el Portal de Belén
que montaría este año
y me salen del alma
lágrimas de líquenes y musgo
que arrastro
sobre mi conciencia.
En el belén husmea el ángel
elevando su estrella
sobre edificios destruidos
cascadas de dolor
y figuritas de barro
con el terror en los ojos.
Sus majestades
preguntan por el guiso
que hierve en la cocina,
ellos también pasan hambre
en este desolado país
donde la maldad
ha recaudado
innumerables víctimas.
En el lugar del hambre,
la sed y la angustia
el único depredador
es el que dispara
a quemarropa
sobre personas indefensas
y arroja bombas
sobre hospitales y escuelas.
Y también está Herodes
celebrando lo efectiva
que está resultando
su abominable orden
para asesinar a la infancia:
Tiene rostro de un Netanyahu
sonriendo satisfecho
por el balance positivo
del genocidio palestino.
No hay comentarios:
Publicar un comentario