Hay un hueco impasible
en las huellas del viento.
El tiempo se desvanece
o persiste,
arde en su fragilidad,
hurga en el aire y trae,
lo que funda el silencio.
Es en su honor
por lo que ondea el peso
de la palabra no dicha,
y en su equilibrio
abierto espera.
Hay una noche extensa,
no lo dudes,
que en su abrazar
a todos nos alcanza.
A veces es más denso
el ruido de quien
nada dice
que el propio misterio.
Son ecos de lo sagrado.
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