Lo que me hirió antes,
ya no me lastima.
Es una sensación
extraña:
el dolor es el mismo,
pero ya soy otro.
Mi intención
es convertirme
en ese tipo
de ola sosegada
que ya no es ola,
ni caos, ni peligro:
Para nadie, claro está,
pero sobre todo
para mi mismo.
El mar está
como un plato
se dice para definirlo
cuando se encuentra
en completa calma,
y en ese plato
quiero tener servido
lo que me quede de vida.
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