Ya nos calienta
el sol las mejillas
en este prado verde
de primavera
que glorifica la vida
en el parque:
La mañana asoma gloriosa.
Tengo el pálpito
de que cosas asombrosas
ocurrirán hoy.
Me tumbaré boca arriba
en la hierba
creyéndome libre,
cerraré los ojos
y recogeré
un trozo de nube
para regalarlo al primer
niño que pase.
Este trocito de Edén
que sospecha mi cuerpo
aún no posado
será solo mío,
pasará una bandada
de aves y las miraré
como nunca lo he hecho,
como si fuera ruiseñor,
trigo y piedra a la vez,
con la candidez justa
derramada en mis sentidos.
Estaré alegre
porque estoy vivo, pienso.
Cosas asombrosas
ocurrirán hoy
porque voy a olvidarme
durante un buen rato
de cualquier tipo de tristeza.
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