Tras mi puerta
dos hijas,
una nieta,
los recuerdos
y los olvidos.
Con fría claridad
me devuelve
el espejo
un rostro
cada día más viejo.
Al menos he labrado
con trabajo
a veces constante
y otras no tanto
mi escasísima fortuna.
También mi nombre:
Alguien que está
en la nómina del anonimato,
o sea, nada, nadie.
No hay comentarios:
Publicar un comentario