Se acercan las palabras
a la vida
pero no son la vida.
Son las palabras
del poema un recuerdo
de lo vivo,
pero no lo vivo.
Mancha la palabra
pero no perfila,
por eso se aproxima
uno a la flor
pero no al perfume.
Mírala todo lo que quieras,
cierra los ojos,
sueña en su perfección,
admírala hasta extasiarte
pero nunca podrás
tocar la piel
de quien fue
la Venus del Espejo.
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