viernes, 19 de mayo de 2023

PINTURA: EL BOSCO


El Bosco es un pintor neerlandés cuya obra se sitúa a caballo entre los siglos XV y XVI, una época en la que los conflictos sociales estaban en su apogeo y en que la religión pasaba por una profunda crisis. La pintura flamenca es fiel a la tradición religiosa. El éxito de su obra fue sin duda posible solo por la coyuntura del momento, cuando en Italia emergían los principios del Renacimiento como el descubrimiento de la perspectiva y el conocimiento de la anatomía, mientras que en los Países Bajos aún estaban de actualidad las tradiciones de los pintores medievales, como lo demuestra el Bosco con su eterna lucha entre el Bien y el Mal.

La nave de los locos es un tema recogido en las tradiciones de Flandes en el siglo XV y representa la deriva que le espera al mundo cuando éste pierde el norte, es decir, deja de guiarse por la razón y comienza a hacerlo por los instintos.

El Bosco lleva al espectador a un mundo tanto real como surreal. La nave de los locos va más lejos del aspecto burlesco que se aprecia en un primer acercamiento. Describe la locura de la humanidad pecadora que conduce a la muerte, criticando a los hombres que viven al revés perdiendo sus referentes religiosos. Muestra a humanos pródigos que malgastan sus vidas jugando a las cartas, bebiendo, flirteando y comiendo en lugar de emplearla de manera “útil”. De esta manera, a través de la pintura se critican las costumbres de la sociedad de la época en que fue pintada, de forma alegórica: las profanidades presentes en todos los grupos sociales (incluido el clero, como se puede ver, en primer plano de la pintura), el juego y la bebida.

La pintura tal como se conoce hoy en día es un fragmento de un tríptico que fue cortado en varias partes. La nave de los locos estaba pintada en una de las alas del retablo, y tiene como dos tercios de su tamaño original. El tercio restante pertenece a la galería de arte de la Universidad de Yale y se exhibe con el título de Alegoría de la glotonería y la lujuria. El ala del lado opuesto, que más o menos ha conservado toda su longitud, es La muerte de un avaro hoy en la Galería Nacional de Washington. Los dos paneles juntos habrían representado los dos extremos de la prodigalidad y la miseria, condenando y caricaturizando ambos.

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