jueves, 4 de mayo de 2023

HISTORIAS MÍNIMAS: CREPÚSCULO



Alguna vez fue árbol, con profundas raíces, otras, sólo un vilano que, a merced de la brisa, se asemejaba a un nómada, siempre aquí, siempre allá, siempre en fuga, incómodo habitante de ningún lugar. 

Supo reconocerse en todos los caminos, también que el mundo es ancho y casi siempre ajeno. No atravesó montañas ni se adentró en los bosques que, según la leyenda, poblaron su niñez.

Su obsesión era el mar y sentarse en la orilla dejando que las olas muriesen a su lado, igual que muere el tiempo cuando nace el amor. Y ahora, cuando cansado del viaje, ve que se acercan cúmulos y el cielo parece despedirse de la luz, comprende que el sol siempre renace desde los escombros, por las ennegrecidas grietas de la noche, como si nada hubiese sucedido.

3 comentarios:

Ceciely dijo...

Bellísima prosa!!!
Pura realidad, este es el acontecer de la humanidad.
La verdad del mundo.
Que tengas un feliz viernes.

Pacogor dijo...

En una isla, la montaña y el mar casi se confunden, todo está cercano y puede abarcarse con solo una mirada. Este escrito es un homenaje a los isleños, continentes en miniatura enraizados en la tierra y el mar. Feliz fín de semana...

Ceciely dijo...

Muy bonito lo que dices...