martes, 4 de octubre de 2022

HISTORIAS MÍNIMAS: ADÁN Y EVA


Por una u otra razón, camuflamos lo que sentimos o callamos lo que pensamos.

—¿Quieres a Adán como tu legítimo esposo?

La respuesta era «no», se estaba enamorando de su hermano, pero no podía salirse del guion establecido:

—Sí, quiero.

Y aunque Eva detestaba las máscaras, la vida es un baile de disfraces y su flamante cuñado estaba unas filas más atrás: intercambiaron un cruce de miradas. Supo que esa historia, cautiva en la prisión de la moralidad, se las arreglaría para morder la fruta prohibida.

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