El tercer mundo tiene
una expresión geopolítica,
pero en literatura
también existen
los tercermundistas:
Los que no estarán nunca
en las librerías,
los que no son invitados
a las ferias,
los que no publican
con las grandes editoriales,
los que simplemente
no publican nunca.
Yo, por mi parte,
decidí conscientemente
formar parte de ese grupo,
entiendo perfectamente
las dos circunstancias
que me hacen tercemundista:
1. El negarme a que un
supuesto entendido en el tema
valore si lo que escribo
tiene la calidad suficiente
para ser leído.
De la manera en que lo hago,
publico lo que quiero.
2. Ser poeta:
esa manera
de fracasar en la vida
y, sin embargo,
ser socialmente aceptado.
Y, lo que resulta aún
mas asombroso,
¡en algún caso hasta admirado!
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