Prefiero vivir despierto
que existir como un idiota,
para desordenar el ovillo
de mentiras y creencias,
porque no me gusta eclipsar
de penas mi existencia,
ni tampoco reirme del dolor
y la inocencia ajena.
Nunca quise comulgar
con ruedas de molino,
ni tirar la toalla al menor
contratiempo,
prefiero equivocarme
a que me ciegue la arrogancia,
porque soy viento en calma
y tiempo de silencios.
Me gusta el sol en invierno
y la lluvia en verano,
perderme por las calles desiertas
y los valles y prados,
escuchando el murmullo
de los enamorados.
Si tengo que elegir entre mi vida
y la de quien amo,
preferiría morir antes
que ver sus ojos vidriados,
porque mi hogar es su abrazo
y me siento eterno
cuando estoy a su lado.
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