domingo, 21 de junio de 2015

EL CURSO DE LA HISTORIA





Si se ejerce la presión adecuada
en una porción de esta carne
que ahora mismo le escribe
volteará por un momento
de su tono de existencia
a una palidez transitoria
para luego recobrar su aliento
de resolución renovada.
De la misma manera,
empellando con la fuerza
de un acto en común necesario
se derrumban los muros
y se pueden alzar barricadas
con los escombros y adoquines
para tumbar gobiernos
y construir nuevos senderos
de libertad para todos.
Pero esto sólo podrá pasar
cuando tú y yo seamos mayo
y la primavera tardía estalle
en las calles y plazas,
se empapen los corazones
con las risas sin nevera
y un hambre de equidad
tirite en la sien de los hombres.
Porque si se aprietan
adecuadamente los párpados
aparecen destellos intermitentes
que anidan en los corazones
de los ciudadanos solidarios
y esa es una fuerza imparable
que de seguro puede cambiar
cualquier curso de la historia.





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