Si se ejerce la presión adecuada
en una porción de esta carne
que ahora mismo le escribe
volteará por un momento
de su tono de existencia
a una palidez transitoria
para luego recobrar su aliento
de resolución renovada.
De la misma manera,
empellando con la fuerza
de un acto en común necesario
se derrumban los muros
y se pueden alzar barricadas
con los escombros y adoquines
para tumbar gobiernos
y construir nuevos senderos
de libertad para todos.
Pero esto sólo podrá pasar
cuando tú y yo seamos mayo
y la primavera tardía estalle
en las calles y plazas,
se empapen los corazones
con las risas sin nevera
y un hambre de equidad
tirite en la sien de los hombres.
Porque si se aprietan
adecuadamente los párpados
aparecen destellos intermitentes
que anidan en los corazones
de los ciudadanos solidarios
y esa es una fuerza imparable
que de seguro puede cambiar
cualquier curso de la historia.
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