hay un hogar
donde el frío no existe
y sucumben derrotados
los inviernos
tras la embriaguez
que desbordas.
Al sur de tu ombligo
el infinito de la noche
se llena de estrellas,
las distancias se disipan
y se embriagan de amor
los sabores.
Al norte de tus piernas
se despliegan las auroras,
los segundos perseveran
y el fuego es la llama
que devora los límites
de la locura.
Al sur de tu ombligo,
torrentes lúcidos se suicidan
y el morir es un signo
de eternidad
que nace en el movimiento
cósmico de tus caderas.
2 comentarios:
Dan ganas de convertirse en mapa...
C.
Lo acepto como un cumplido...
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