que veo hoy en el mundo
es la gran proliferación
de celosos encargados
de nuestra seguridad
que pululan por todas partes,
en relación con
el escaso número de locos
que por desgracia
conforman la nómina
de este manicomio
que llamamos humanidad.
Es cierto que la historia
nos enseña que así
ha sido siempre,
pero hoy el problema
es mil veces más grave
porque hemos permitido
que las jaulas acabaran
formando parte intrínseca
de los propios pájaros,
con lo que tenemos
un curioso contraste:
Cuanto más nos referimos
al ideal de libertad,
más poder tienen
los que nos la secuestran
y menos la disfrutamos.
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