desde la distancia, en ese punto
donde no es demasiado cerca
ni inmoderadamente lejos.
Sus inefabilidades religiosas,
los convencimientos discordantes,
la fe militante que les sostiene
y sus mensajes tan similares
al tiempo que contrapuestos
les hacen mirarse con recelo,
como en espejo de agua,
haciendo realidad sus fantasmas.
Ambos se dicen testigos
de un Dios único e indivisible
que les marcó como propagadores
de la fe auténtica, sus mesías,
elegidos como hijos predilectos.
Ambos se observan recelosos
desde una atalaya excluyente,
y llegado el caso
si lo considerasen necesario,
ninguno dudaría un segundo
en matar al otro para salvarlo.
1 comentario:
Fiel...
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