Mira allí,
es el precipicio:
la lóbrega frontera
tras la que dejamos
de ser humanos.
Después de ella
todo es violencia:
Física y química,
síquica y social,
matemáticamente pura...
Sobre ese erial yacen
los restos de sueños
que no podrán
contemplar la aurora,
despeñados en la medida
más terrible y profunda
del desamparo.
es el precipicio:
la lóbrega frontera
tras la que dejamos
de ser humanos.
Después de ella
todo es violencia:
Física y química,
síquica y social,
matemáticamente pura...
Sobre ese erial yacen
los restos de sueños
que no podrán
contemplar la aurora,
despeñados en la medida
más terrible y profunda
del desamparo.
6 comentarios:
No,no contemples los restos que no contemplarán la aurora, escribe sobre los que cada día la ven más cerca, escribe...escribe...todo no está perdido, cada día me sorprende más ese amanecer.No mires el precipicio.
Profunda, sentida, preciosa.
Ahí estoy también... al borde... sosteniéndome de los sueños....
Un beso
Dijo Pacogor...
Sobre ese erial yacen
los restos de sueños
que no podrán
contemplar la aurora,
despeñados en la medida
más terrible y profunda
del desamparo.
Amigo mio; que triste realidad, y lo más cruel que ya nos hemos acostumbrado que tiene que ser asi. gracias por hacerme recapacitar que algo siempre se puede hacer.
Un abraciño,
Rosa María
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Todos nos hemos visto alguna vez al borde de ese precipicio. Pero lo nuestro no es nada, una simple anécdota ante el sufrimiento de pueblos enteros, a los que se les cercena su derecho a un futuro...
Los restos de los sueños..... son tantos! ......¿Hubiera sido mejor, no soñar?
Hay veces que sueño ... que no existen precipicios.
¿No soñar? Eso nunca. Es lo más parecido que conozco a morir. Así de rotundo.
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