En los cuentos infantiles
te hablaron de príncipes,
que te besarían en la boca
para hacerte princesa
de todos los reinos
azules del universo.
Luego descubriste
que habían olvidado
el rojo de tu sangre,
tu corazón o tus labios,
de la pasión que a veces
te abrasa por dentro...
Olvidaron también
hablar del negro y gris
de las lágrimas,
la melancolía del espíritu
y los dolores del amor.
Cuando eras niña
los cuentos te inventaban
príncipes de color azul,
ahora resulta
que de tu alma cuelga
la bandera de la rebeldía.
No hace falta decir
que ha sido una evolución
la mar de interesante:
Y yo contento
porque realmente,
de realeza no tengo nada.
te hablaron de príncipes,
que te besarían en la boca
para hacerte princesa
de todos los reinos
azules del universo.
Luego descubriste
que habían olvidado
el rojo de tu sangre,
tu corazón o tus labios,
de la pasión que a veces
te abrasa por dentro...
Olvidaron también
hablar del negro y gris
de las lágrimas,
la melancolía del espíritu
y los dolores del amor.
Cuando eras niña
los cuentos te inventaban
príncipes de color azul,
ahora resulta
que de tu alma cuelga
la bandera de la rebeldía.
No hace falta decir
que ha sido una evolución
la mar de interesante:
Y yo contento
porque realmente,
de realeza no tengo nada.
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