Me gustaría romper
el valor de las escolleras
en esta tarde entumecida,
el valor de las escolleras
en esta tarde entumecida,
para descubrir una verdad
escondida en tu boca,
escondida en tu boca,
y encontrar en nuestras lenguas
una deuda de tiempos,
una deuda de tiempos,
un valor que no se extingue
por el silencio,
por el silencio,
ni se apaga porque tu espalda
no parezca conocerme
no parezca conocerme
y excluya el ansia
de sentir mis dedos
atracando en tus puertos.
atracando en tus puertos.
Recuperar de esa manera,
hermosa y tierna,
el auténtico valor de la vida,
hermosa y tierna,
el auténtico valor de la vida,
tal que una brisa
que recapacite en mi rostro
y me hable de ti...
que recapacite en mi rostro
y me hable de ti...
Notar el color del mundo
atravesando el aire
atravesando el aire
aunque fuese en un instante,
pero suficiente para percatarnos
de que el sol se rehace
tras el horizonte
de que el sol se rehace
tras el horizonte
y fabrica versículos de un futuro
en que tu cuerpo
se estremecerá al sentir mi voz,
se estremecerá al sentir mi voz,
como yo me emociono
al considerarte.
al considerarte.
Mientras, el verano
se apodera de las horas,
se apodera de las horas,
y entre mis piernas sigue creciendo
la fuerza de las olas,
la fuerza de las olas,
para que yo te reciba
cuando vengas
como una tormenta desatada.
cuando vengas
como una tormenta desatada.
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