El viaje más apasionante de su vida fue cuando decidió partir en busca de los márgenes... Sabía que estaban ahí, en algún sitio que es un no-lugar lejos de los discursos oficiales, de las cosas que se consideran importantes y la frialdad de los balances y los sistemas. Como fantasmas que pasan desapercibidos para los ojos que viven el no-ver y los corazones que laten un no-sentir. No fue fácil. Nunca lo es cuando se trata de tomar una dirección diferente a la del sentido común dominante. No pudo encontrarlos hasta que entendió que no se hallaban en ninguna parte, y al mismo tiempo están en todas... Porque resulta que es verdad que hay otros mundos, otras dimensiones... Pero siempre, de eso no hay ninguna duda, están entre nosotros.
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