Amanece.
En algún lugar del planeta
un ser humano
abre las ventanas de su casa
y es como si todas se abrieran:
Entre la suave luz del otoño
se despierta una palabra,
se levanta un hombre
y empieza otro día
que parece similar a otros,
demasiado sombrío,
exasperadamente confuso...
Pero quizás esta vez
ese alguien se decida
a dirigir su mirada hacia un mundo
que aún no existe,
levante una palabra
que aún no ha sido pronunciada,
y será como si despertasen
todos los hombres
para buscar las respuestas
que siempre les negaron.
En algún lugar del planeta
un ser humano
abre las ventanas de su casa
y es como si todas se abrieran:
Entre la suave luz del otoño
se despierta una palabra,
se levanta un hombre
y empieza otro día
que parece similar a otros,
demasiado sombrío,
exasperadamente confuso...
Pero quizás esta vez
ese alguien se decida
a dirigir su mirada hacia un mundo
que aún no existe,
levante una palabra
que aún no ha sido pronunciada,
y será como si despertasen
todos los hombres
para buscar las respuestas
que siempre les negaron.
2 comentarios:
No sé porqué, pero este poemilla emula al nacimiento de un niño.
Pues es una sorpresa. La verdad es que no ha sido esa la intención. Pero me gusta la idea de que lo que uno escribe pueda ser interpretado de múltiples maneras. De eso se trata, ¿no? Hemos de permitir a los hijos y a los poemas volar solos cuando llega el momento.
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